El oro….
El oro enciende pasiones, la calderilla cubre necesidades…
El primero es símbolo del poder, el segundo lleva el sello del vasallaje…
Aquel manda, y éste obedece…
Uno es el amo déspota, el otro el siervo fiel…
El oro es un prometedor falso, un engañador cierto; cosecha miradas codiciosas…
La calderilla sólo atrae pupilas indiferentes…
El oro, mimado, custodiado, protegido hasta contra las miradas ajenas, se cobija donde no puedan alcanzarle el sol que tuesta ni el aire que curte…
La calderilla, sale directamente a la calle, vive a la intemperie, se codea con todo tipo de gente…
Nacieron hermanas de madre, pero de padres distintos…
El oro es un rico malo…
La calderilla es un pobre bueno…
Uno atrae, el otro repugna…
El oro viste de irreprochable etiqueta…
La calderilla apenas unos trapos sucios por lo duro de su trato; y a veces hasta maloliente, por los lugares donde habita…
El oro sirve para comprar conciencias, para manchar reputaciones, para torcer conductas…
La calderilla es la cama del peatón, el tesoro del desheredado, el pan del hambriento…
El oro lo promete todo, y no da casi nada…
La calderilla parece no servir para nada y sirve para todo…
¿Cuándo habéis sabido que la calderilla sea responsable de guerras?
¿Cuándo habéis visto al oro adornado con las galas de la limosna?